La farmacia y la medicina natural

Estamos en un momento coyunturalmente importante en el mercado farmacéutico costarricense. Las tendencias son peligrosas, en las cuales los precios de los medicamentos podrían ser fácilmente manipulados en el corto y mediano plazo. Otros países han vivido crisis similares, en donde la figura de la farmacia independiente ha prácticamente desaparecido, y sólo quedan grandes consorcios multinacionales que manejan con suma facilidad el mercado en perjuicio de los pacientes. Pero qué fue lo que nos llevó hasta este punto?

Tal vez la causa más importante de la crisis que vivimos actualmente proviene de la transformación del papel que la farmacia jugaba como parte del manejo de la atención primaria de salud. La farmacia se ha convertido en un “punto de venta”; un simple intermediario donde lo que priva son las leyes de la oferta y la demanda y su impacto sobre el precio de los medicamentos. La “internacionalización” y “masificación” de los productos ofrecidos hace prácticamente indiferente en donde adquiera mis tratamientos, y la cada vez más débil imagen del farmacéutico hace poca (muy poca) la diferencia entre uno u otro establecimiento.

Esta situación no siempre ha sido así. Hace pocas décadas la farmacia era un establecimiento con una misión muy diferente en la sociedad costarricense. Las preparaciones magistrales, en muchos de los casos a base de materias primas naturales, otorgaban una identidad muy propia a cada establecimiento. El farmacéutico de cada comunidad (con una altísima frecuencia dueño de su propia farmacia) era consciente de la epidemiología de su zona de influencia, y preparaba y formulaba muchos de sus productos según las necesidades de su población. Antes de la “satanización” de la medicina natural a nivel farmacéutico, y antes de la entrada masiva de laboratorios internacionales y sus fármacos sintéticos, la farmacia preparaba sus propias tinturas de Ruibarbo, sus jarabes de extracto de jalapa y sus aceites de azufre y ácido salicílico. Y la gente se sanaba!! Las personas acudían con “fe” a la farmacia, y buscaban ayuda… el precio nunca estuvo entre los factores importantes como decisor de compra por parte de los clientes. Fue en esta época, en la que en medio del emprendedurismo, la creatividad y la valentía de muchos colegas, la farmacia vivió sus años de oro, de mayor crecimiento y generación equitativa de riqueza para el gremio. Fue cuando abandonamos estas prácticas y la farmacia se “limpió” de la medicina natural y tradicional, y que se inició la masificación y la incorporación de medicamentos sintéticos de laboratorios internacionales, que inició la etapa del estancamiento y el declive de la farmacia.

Las macrobióticas: Las nuevas Boticas

Las farmacias cambiaron, pero las necesidades de la población no. Este papel, que en antaño supieron jugar y desarrollar las farmacias, ahora está siendo jugado por las macrobióticas. Este fenómeno de las farmacias naturales llamadas “macrobióticas” (macro: mucha, biótica: vida) es una respuesta post-moderna al vacío que dejaron las farmacias al abandonar sus raíces de la medicina natural en aras de una “medicina moderna”. Creo que la experiencia nos muestra que nuestra población no está satisfecha con la solución planteada.

Ahora es el tiempo de las macrobióticas. La medicina natural crece. Lo hace en tecnología, en investigación, en empaques, en innovación, y en todas las otras áreas posibles. El precio no tiene un peso tan importante en este mercado, sino más bien la calidad. Las personas buscan la macrobiótica con fe (lo que antes hacían en la farmacia) y cada vez más personas se preparan para hacerle frente a las consultas de los pacientes. Es la etapa de oro de las macrobióticas, y mientras el mercado farmacéutico se estremece y entra en crisis, el mercado de productos naturales florece a un ritmo acelerado.

No ver esta realidad es de miopes. Los colegas que me critican y hasta se burlan por mi pasión por la medicina natural pecan de ignorantes. Los argumentos  de que “eso no sirve”, o que la medicina natural son “brujerías”, o que se está engañando a la gente; se ven completamente contrarrestados por los miles de miles de clientes que asisten cada vez en mayor cantidad a las macrobióticas y los testimonios de cada vez más personas que dan fe de los excelentes resultados obtenidos con la medicina natural. La evidencia es cada vez más y más abrumadora, a pesar de la desidia y desgano de las entidades gubernamentales y gremiales de nuestro país.

Pero no todo está perdido. Todavía hay esperanza en medio de la tormenta del mercado farmacéutico. Como ejemplo me gustaría nombrar a mi querido amigo y colega farmacéutico el Dr. Esteban Camacho, en Pérez Zeledón. Él ha entendido que su farmacia requiere de un cambio de rumbo, y que necesita generar nuevamente esa diferenciación que el mercado pide a gritos. No sólo se conformó con incluir una gran cantidad de productos naturales en su farmacia, sino que también los incluye en sus recomendaciones. Por medio de su micro-programa transmitido en el canal local 14, ha iniciado un proceso de transformación de la cultura de sus clientes, volviéndolos nuevamente hacia la medicina natural. Su objetivo es claro: disminuir, en la medida de lo posible, su dependencia de medicamentos de origen químico que además son manejados por un monopolio extranjero y que para terminar no le otorgan ninguna diferenciación. Estoy seguro que la visión de mi querido amigo le traerá grandes réditos en el futuro cercano.

Otro ejemplo que me llena de orgullo es nuestro amigo el Dr. Alonso Vega, quien no sólo acumula años de experiencia clínica, sino que recientemente terminó sus estudios formales de medicina, logrando mantener su pasión por la medicina natural intacta.

Quisiera concluir dándoles mi experiencia como farmacéutico. En los 11 años que tengo de ejercicio de la profesión nunca le he encontrado mayor significado y satisfacción profesional y personal que cuando trabajo con medicina natural. No aborto la medicina alopática, pero mi pasión es trabajar para que, algún día, pueda ver con mis ojos la reconciliación entre la medicina natural y la farmacia.

Dr. David Barboza

Farmacéutico y Naturópata